lunes, 10 de diciembre de 2012

Cáceres, cerrado por falta de uso (XIV)


En las últimas fechas, se viene observando en la Calle de San Pedro, de Cáceres, un vallado de obra que cubre la fachada del edificio que fue Hotel Las Marinas, y que todavía conserva los letros de Hotel, Cafetería y la placa de hotel. Pero no es una obra encaminada a reabir el mismo o a acondicionarlo para otros usos. Se trata de una obra... en el edificio medianero.
El Hotel Las Marinas fue, a comienzos del milenio, abierto al público, con muchas dificultades para obtener las licencias tanto de obra como luego la licencia de apertura. Y tuvo que cerrar. En 2004, tras resolver diversas dificultades técnicas, el hotel fue de nuevo abierto al público.
El Hotel, con 18 habitaciones, y una categoría de cuatro estrellas tiene un enclave privilegiado en la ciudad, pero muchas dificultades. Y con esas dificultades arranca el negocio. Fue reabierto en 2005, en diciembre, gestionado por el Grupo Río, que tiene varios hoteles en Extremadura. Y también el Casino, de Badajoz.
Sin embargo, cuando se tramitó el proyecto por los propietarios del inmueble, las cuestiones técnicas, las derivadas de las instalaciones, dotaciones y servicios que es necesario que disponga un negocio de este tipo, fueron el hándicap que, finalmente, lo mantiene cerrado.
Esas dificultades vienen de una superficie de suelo escasa, 186 m2, insuficientes para desarrollar la planta baja y los servicios que necesita, y para una distribución que permita, por ejemplo, una adecuada ordenación edificatoria para bajantes de saneamiento, salidas de humos, etc.
Se trata, por tanto, de un edificio de menos de 200 m2, que cuenta con una planta semisótano de 62 m2 y 5 plantas sobre rasante, para un total de 997 m2.

Cáceres, que aspira (¡lleva tantos años aspirando...!) a ser una ciudad cuya principal industria sea el turismo, necesita pequeños hoteles con encanto, hoteles muy urbanos, de 2-3 estrellas, pero la concepción de Las Marinas, desde un principio, con 4 estrellas, contribuyó a hipotecar tanto el proyecto como la consecución de permisos y licencias. Y, por ejemplo, lo que para un edificio moderno, nuevo, en un espacio adecuado, resulta fácil de proyectar, para este inmueble no lo es tanto.
Dispone, eso sí, de una escalera de acceso de planta baja a planta primera de considerable valor, y que por ello, sería muy deseable que el edificio estuviera abierto. Si no como hotel, sí como cualqueir otro negocio.

En una ciudad, decimos, que aspira a ser turística, con atractivos suficientes para una calidad cultural (que se ve lastrada cada vez más por un catetismo rampante), gastronómica y medioambiental en su entorno más inmediato, son necesarios este tipo de instalaciones.
Hoy, los carteles de se alquila colocados en la fachada, van perdiendo su color, a medida que el tiempo va pasando y el futuro del inmueble también se desdibuja.

Situado justo enfrente de la oficina central de Caja de Extremadura, con su futuro también en el mercado inmobiliario, forma un triángulo con la esquina de Calzados Nati, emblemática y reconocible por sus letreros... y antigua (por vieja) en su visión.
La deprimida situación del mercado inmobiliario, los costes de adecuación de hotel a cualquier otro uso, hacen del edificio del Hotel Las Marinas presa fácil para permanecer cerrado mucho tiempo. Y terminar, como otros muchos inmuebles que venimos repasando, formando la esquelética imagen de Cáceres, una ciudad cerrada por falta de uso.
Alquilar el inmueble, como pone en los carteles descoloridos sin duda puede resultar caro en estos tiempos, ya que la cafetería, por ejemplo, no bajaría de 4.500-5.000 euros al mes, y el hotel, en torno a los 9.000-10.000 euros. Y eso que el hotel, una construcción terminada en el año 2000, por Construcciones Abréu,  creo recordar, tiene "buena pinta".

El creciente número de edificios, públicos y privados, que van siendo pasto de los cierres requerirían una acción política decidida, valiente, del Ayuntamiento en primero término. Pero la falta de recursos económicos y, sobre todo, y fundamentalmente, la falta de capacidades, de ideas del Partido Popular, encabezado por la alcaldesa Elena Nevado, hacen que los cierres se estén convirtiendo, cada vez más, en una forma del paisaje, en una foto corriente, habitual. Y ni la capacidad municipal, entendida desde el punto de vista de la capacidad política, ni la de la propia ciudad, que parece cada vez más abocada a cerrar los ojos a la realidad, a cerrarse, a ser pasto de la sepultura de la inanidad, sacarán de este dormitar dormido de una ciudad provinciana.
Al final, van a tener razón quienes definen a Cáceres como "un pueblo con rotondas". Yo le añadiría, un pueblo con rotondas y procesiones. Pero en silencio todo, dormido todo, no vaya a ser que se despierte.
Vale.  

2 comentarios:

Julián Escámez dijo...

Para hablar de Cáceres con propiedad, mejor corrige el post y pon bien el nombre de la calle, anda. San Pedro, no San Antón.

Paco Hurtado senior dijo...

Gracias.